El todo es mayor que la suma de las partes

Imagina lo que podrías lograr… si dejaras de hacerlo todo solo. A veces, lo que te falta no es más esfuerzo, sino alguien que te afile. ¿Y si la clave del crecimiento no está en hacerlo mejor… sino en hacerlo juntos?

Hoy, en Maná del Lunes, presentamos: EL TODO ES MAYOR QUE LA SUMA DE LAS PARTES, una reflexión de Robert J. Tamasy.

¿Alguna vez has oído a alguien decir: «El todo es mayor que la suma de las partes»? Esta fue una realidad que aprendí de manera profunda hace años cuando era editor de la revista que publicaba el CBMC. Gran parte de la redacción y edición recaía sobre mis hombros, pero tuve la suerte de contar con un pequeño equipo de personas que contribuyeron enormemente al contenido y al diseño gráfico.

Recuerdo que iba a las reuniones de planificación armado con mis propias ideas sobre cómo debería ser la revista. Pero durante varias horas de «conflicto creativo», siempre llegábamos a decisiones que eran mucho mejores de las que yo podría haber tomado solo. Todos habían hecho contribuciones valiosas. El producto final siempre superó nuestras expectativas. Porque el todo era mayor que la suma de las partes.

Aquí fue donde aprendí la verdad de dos pasajes bíblicos que nunca he olvidado:

• «El hierro se afila con el hierro y el hombre en el trato con el hombre». Proverbios 27:17 [NVI].

• «Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas… Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente». Eclesiastés 4:9-12 [NTV].

Los líderes empresariales y profesionales a menudo se ven tentados a trabajar solos, estableciendo metas, ideando planes y eligiendo estrategias sin alentar el aporte y la retroalimentación de las personas que serán responsables de implementarlas. En el mejor de los casos, esto es agotador; en el peor, es un camino al fracaso.

Encontramos un excelente ejemplo de esto en el libro del Éxodo en la Biblia. Dios había elegido a Moisés para sacar al pueblo de Israel del cautiverio en Egipto. Durante su viaje a la tierra que Dios les había prometido, él había asumido la responsabilidad de resolver los conflictos grandes y pequeños que surgían entre los muchos miles de israelitas.

Moisés estaba sirviendo como juez para el pueblo desde la mañana hasta la tarde, lo que dejaba a él y al pueblo agotados e irritables. Su suegro, Jetro, observó esto y reconoció la locura de Moisés al intentar hacer todo esto solo. «Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó: “¿Qué logras en realidad sentado aquí? ¿Por qué te esfuerzas en hacer todo el trabajo tú solo, mientras que el pueblo está de pie a tu alrededor desde la mañana hasta la tarde?… ¡No está bien lo que haces!… Así acabarás agotado y también se agotará el pueblo. Esta tarea es una carga demasiado pesada para una sola persona» Éxodo 18:14-18 [NTV].

Jetro sugirió una alternativa: nombrar hombres capaces de entre todo el pueblo, hombres temerosos de Dios, hombres dignos de confianza que aborrecieran las ganancias deshonestas para servir como jueces en todos los casos, excepto los más difíciles. Dijo: «Eso hará que su carga sea más liviana… Si haces esto y Dios así lo manda, podrás soportar la tensión, y todo este pueblo volverá a casa satisfecho» [ver Éxodo 18:21-23]. ​​Moisés aceptó la sabiduría de su suegro y adoptó ese plan, delegando responsabilidades judiciales a satisfacción de todos.

Sería prudente que prestemos atención al mismo consejo. Ya sea que seamos directores ejecutivos, ejecutivos de alto nivel, gerentes, empresarios o que estemos en un escalón más bajo de la escala corporativa, todos tenemos mucho que beneficiarnos al utilizar las fortalezas, los talentos, los dones y la experiencia de los demás que complementan los nuestros. Como dice 1 Tesalonicenses 5:11: «Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo» [NVI].

Preguntas para la reflexión/discusión

1. ¿Cuándo has trabajado en un proyecto con otras personas en el que el resultado mostró claramente que no se podría haber obtenido el mismo resultado trabajando por separado o de forma aislada? ¿Te resultó gratificante darte cuenta de los beneficios de laborar juntos? Explica tu respuesta.

2. El proverbio dice: «El hierro se afila con el hierro, así una persona pule a otra». ¿Alguna vez has experimentado esto? ¿De qué manera?

3. ¿Por qué algunas personas parecen estar decididas a trabajar de forma independiente en lugar de alentar y dar la bienvenida a la participación de otros en el proceso? ¿Crees que es una cuestión de orgullo o ego, o falta de confianza en las capacidades de los demás?

4. ¿Cómo crees que reaccionarías si un «Jetro» se acercara a ti y te señalara algunos defectos en tu forma de abordar el trabajo, tal vez formas en que delegar responsabilidades o usar las fortalezas de los demás podría resultar beneficioso?

Desafío para esta semana

Tal vez seas alguien que disfruta del trabajo en equipo, colaborando con otros en un equipo bien organizado para lograr metas y objetivos específicos. Si es así, esta semana sería una buena oportunidad para observar cómo trabajan los demás a tu alrededor. Si están más inclinados a trabajar por su cuenta, puedes tratar de encontrar formas de alentarlos a utilizar las habilidades de los demás para ser aún más productivos.

Si eres uno de los que disfruta de ser un «llanero solitario», trabajando independientemente de los demás, este podría ser un momento para reevaluar ese enfoque. ¿Está funcionando bien para ti? Puedes hablar de esto con un amigo de confianza, un asesor, un mentor o con tu grupo del CBMC si formas parte de uno. ¿Qué sabiduría tienen para ofrecerte?

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