¿Qué pasaría si no hubiera habido una primera Navidad?

Cuando piensas en la Navidad, ¿qué te viene a la mente? ¿Qué recuerdos o sentimientos despiertan tu corazón?

Hoy, en Maná del Lunes, presentamos: ¿QUÉ PASARÍA SI NO HUBIERA HABIDO UNA PRIMERA NAVIDAD?, una reflexión de Robert J. Tamasy.

Cada año, millones de personas en todo el mundo, en todos los continentes, celebrarán la Navidad, conmemorando el nacimiento de Jesucristo. Esta festividad es probablemente la más reconocida de todas las celebraciones anuales, aunque no todos la celebran por la misma razón.

En esta época del año, a menudo se plantea la pregunta: «¿Cuál es el verdadero significado de la Navidad?». Sorprendentemente, hay muchas respuestas variadas. En los negocios, la Navidad suele significar la época más rentable del año, una temporada en la que los ingresos generados pueden garantizar que las empresas puedan equilibrar sus cuentas y terminar el año con un superávit financiero. También puede significar un momento para un breve respiro de las pesadas cargas de trabajo mientras los trabajadores disfrutan de las vacaciones con sus familias y amigos.

La Navidad puede significar muchas cosas para diferentes personas. Sin embargo, en realidad el verdadero significado de la Navidad se puede resumir en las palabras de Juan 1:14: «Y el Verbo [Jesucristo] se hizo carne y habitó entre nosotros». Jesús, el Hijo de Dios, tomó forma humana para vivir entre nosotros. La Navidad marca su nacimiento, pero la fecha exacta ha sido debatida a lo largo de los siglos.

Una mejor pregunta podría ser: «¿Cómo sería el mundo si no hubiera habido una primera Navidad?». Creo que esto se puede considerar mejor a la luz de la vida de Cristo, sus enseñanzas y, en última instancia, su crucifixión y resurrección. Sin su nacimiento, nada de lo demás hubiera sido posible. Considera lo siguiente:

1. Dios puede identificarse con nuestras luchas. Cuando oramos o buscamos interactuar con Dios, tendemos a quejarnos: «Señor, no entiendes». Sin embargo, se nos asegura que eso no es cierto: «Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó» [Hebreos 4:15 NTV].

2. Jesús nos enseñó acerca del amor genuino y sacrificial. En la historia de la humanidad desde la vida de Cristo, sus seguidores han estado comúnmente a la vanguardia no solo enseñando acerca de Él, sino también demostrando Su amor a las personas necesitadas con sus acciones. Estas han incluido la fundación de instituciones educativas, hospitales, orfanatos y la realización de esfuerzos de socorro en casos de desastre. Todas estas acciones han sido inspiradas por las enseñanzas de Jesús acerca de poner las necesidades de los demás por delante de las nuestras. «Así que, todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, eso mismo hagan ustedes con ellos…» [Mateo 7:12 RVC]. «Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»» [Mateo 22:39 NTV].

3. Cristo murió para que podamos vivir. Al observar los acontecimientos en nuestras comunidades y en todo el mundo, observamos la extrema desolación que aflige a toda la humanidad. Se han desarrollado muchas iniciativas que buscan remediar estos problemas, pero la causa fundamental es algo que la Biblia llama «pecado». Cuando Jesús murió en la cruz, lo hizo intencionalmente, no por accidente. Murió por nuestros pecados, tomando sobre Sí mismo nuestra pena merecida, para que se nos pudiera prometer la vida eterna. «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» [Romanos 5:8 RVR].

4. El Señor nos dio el regalo más grande de todos. La Navidad es tiempo de intercambiar regalos, pero ningún regalo puede jamás acercarse a la magnitud del regalo que Dios ofrece a todos: el regalo de Su Hijo, Jesucristo, para ser nuestro Salvador y Señor. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» [Juan 3:16 RVR].

Más de Maná del Lunes