La redefinición del llamado profesional y espiritual

Si disfrutas del trabajo que está haciendo, ¿de dónde surgió ese interés, esa pasión? ¿Has pensado alguna vez que podría haberse originado en Dios y que te le dio como un llamado?

Hoy, en Maná del Lunes, presentamos: LA REDEFINICIÓN DEL LLAMADO PROFESIONAL Y ESPIRITUAL, una reflexión de Rick Boxx.

A menudo nos referimos a nuestros trabajos y carreras como vocaciones, aunque la palabra de origen latino (vocare, «llamar») sugiere mucho más que simplemente describir los tipos específicos de trabajo que hacemos. En su sentido más puro, «vocación» incluye un sentido de propósito y misión.

Muchas personas limitan su percepción del llamado espiritual a individuos como pastores, sacerdotes, monjas, rabinos y misioneros, esencialmente, religiosos profesionales. Sin embargo, a lo largo de los años he visto que esta es una comprensión errónea del llamado que se ha ampliado drásticamente para incluir a quienes pasamos gran parte de nuestro tiempo en el lugar de trabajo.

Un ejemplo de este cambio es una cita que apareció en un artículo en theconversation.com, un sitio web que ofrece una plataforma para expertos académicos sobre una variedad de temas. En una de las columnas, los expertos en negocios Mitchell Neubert y Katie Halbesleben definieron el llamado espiritual como «un llamado de Dios para abordar el trabajo con un sentido de propósito y la búsqueda de la excelencia en las prácticas laborales».

Piensa en eso por un momento: «un llamado de Dios», para abordar el trabajo con un sentido de propósito y la búsqueda de la excelencia. Esto ofrece un contraste agudo, incluso sorprendente, con las actitudes de innumerables personas en el mercado laboral contemporáneo que perciben el trabajo únicamente como un medio para generar un salario, solo una forma de ganarse la vida.

Trabajar solo por dinero puede ser un ejercicio sin alegría, como lo aprendí, especialmente al principio de mi propia carrera laboral. Si el dinero es nuestro único objetivo cuando vamos a trabajar, ¿es de extrañar que la gente cambie de trabajo tan fácilmente, buscando salarios más altos y promociones que prometan una mayor compensación?

La Biblia afirma la idea del llamado en el lugar de trabajo que describieron Neubert y Halbesleben, ver nuestros trabajos y profesiones en términos de propósito y esforzarnos por la excelencia. Aquí están algunas de las enseñanzas de las Escrituras:

  1. Fuimos creados para trabajar. ¿Alguna vez te has preguntado por qué todos tenemos diferentes intereses y habilidades que aportamos al lugar de trabajo? La Biblia dice que esto es por diseño de Dios. «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas» [Efesios 2:10 RVR].
  2. Somos enseñados a trabajar. Hay innumerables libros sobre el trabajo, algunos de ellos muy buenos. Pero sería razonable decir que el mejor libro sobre cómo llevar a cabo nuestras profesiones es la Biblia. Después de citar los usos de las enseñanzas bíblicas, el apóstol Pablo dijo que estas se proporcionan. «Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra» [2 Timoteo 3:17 NTV].
  3. Podemos honrar a Dios a través de nuestro trabajo. Cuando usamos nuestros talentos, habilidades y experiencia de manera adecuada, honramos a Dios, quien nos los ha dado generosamente. «Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él» [Colosenses 3:17 NTV].

En Mateo 6:33, en medio de lo que muchos llaman «el Sermón del Monte», Jesucristo dijo: «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas.» [NVI] Si vemos nuestro trabajo como «un llamado de Dios», para perseguir nuestro llamado espiritual en el mercado laboral, también podemos confiar en la provisión financiera del Creador.

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